Quedé con David y Adrián debajo de mi casa y juntos nos fuimos a buscar a otros amigos que nos acompañarían en el viaje, cogimos el Colectivo (comúnmente llamado aquí al autobús) y nos dispusimos a ir a la parada del tren, el billete de bus cuesta 1,20 pesos si el recorrido es medio, y el del tren hasta tigre fue de 2,20 pesos, la verdad es que viajar por Argentina es bastante barato jeje, ¡¡¡Bien por ello!!! , así podré viajar mucho más. Ya en el tren pude comprobar, a mi parecer que el ancho del tren era mucho mayor que los que hasta la fecha he conocido, y aunque es un tren de más largas distancias que el subte (metro), no había muchos asientos, Otra cosa divertida que se debe saber, es que no hace falta ir al parque de atracciones, allí, ya el tren es una atracción en sí misma, madre mía no paraba de dar botes, pero a lo bruto ehh, yo la verdad es que no se cómo no descarrila.
Llegamos a la estación de tigre y salimos a una rotonda muy grande, con una
bandera Argentina ondeando en el centro,es un día muy soleado, y
aunque hace frío, con el abrigo puesto se estaba muy a gusto. Comenzamos callejeando por el barrio
de Tigre, hasta poco a poco ir acercándonos al Puerto de Frutos, es una zona comercial, básicamente consistía en varias calles a la orilla de los embarcaderos, en donde comerciantes con artículos varios, enseñaban sus artículos, el puerto rebosaba vida, muchísima gente ocupaba aquellas calles, unos en busca de artículos de madera, mimbre, cuero…, otros en busca de riquísimo asado, mmm que hambre solo con decirlo, y otros como nosotros, éramos turistas, que si bien íbamos allí con otros propósitos, mirábamos y si nos gustaba algo nos lo comprábamos, íbamos más bien buscando uno de los barcos que nos pudiese enseñar las Islas del Delta, después de ver varios sitios, escogimos uno, pero al rato nos tuvieron que devolver el dinero,ya que el nivel del río había bajado bastante y una lancha que estaba amarrada no
de Tigre, hasta poco a poco ir acercándonos al Puerto de Frutos, es una zona comercial, básicamente consistía en varias calles a la orilla de los embarcaderos, en donde comerciantes con artículos varios, enseñaban sus artículos, el puerto rebosaba vida, muchísima gente ocupaba aquellas calles, unos en busca de artículos de madera, mimbre, cuero…, otros en busca de riquísimo asado, mmm que hambre solo con decirlo, y otros como nosotros, éramos turistas, que si bien íbamos allí con otros propósitos, mirábamos y si nos gustaba algo nos lo comprábamos, íbamos más bien buscando uno de los barcos que nos pudiese enseñar las Islas del Delta, después de ver varios sitios, escogimos uno, pero al rato nos tuvieron que devolver el dinero,ya que el nivel del río había bajado bastante y una lancha que estaba amarrada no
podía
salir por lo que nuestra barca no podía entrar a recogernos, asique tuvimos que
ir a otra empresa, tras media hora con los boletos pillados y después de haber
dado unas cuantas vueltas por la zona, nos subimos a la barca que nos enseñaría
varias vías del delta, la principal y una secundaria, mientras navegábamos por
aquellos brazos del delta, fuimos viendo diferentes islitas, con sus casas,
colegios, casas que se alquilaban para pasar algún fin de semana, idea que ahí
nos quedó para algún fin de semana jeje, quién sabe cuando lo haremos , y en una de las islas
había un museo en
memoria de “Domingo F. Sarmiento” que destacó tanto por su laboriosa lucha en
la educación pública como en contribuir al progreso científico y cultural de su
país.
Por los dos canales que fuimos, al igual que por el resto que no pudimos ver, a
parte de las lanchas que nos enseñaban aquellos maravillosos parajes, también
podíamos ver a gente practicando el piragüismo, gente con lanchas privadas y
embarcaciones que se encargaban de llevar a las distintas islas, agua mineral,
y otras embarcaciones que se encargaban de recoger todos los desperdicios que
la gente de las diferentes islas iba creando.
Cuando terminamos el recorrido en barca, pudimos escuchar como nuestros estómagos nos hablaban, síntoma claro de que necesitábamos combustible para nuestro organismo, pues dicho y hecho, nos pusimos a buscar un sitio en donde nos dieran un rico asado, la verdad es que allá donde olieras, había rico asado, el problema es que había tanta gente por los alrededores que intentar comer allí, sin esperar dos horas era complicado y nuestros estómagos no nos lo perdonarían jamás, asique decidimos alejarnos un poco de la zona. Acabamos en frente de la estación donde comenzó nuestro viaje por Tigre, en un restaurante también bastante concurrido, pero bueno pudimos hacemos sitio en el exterior al calor del rico sol. Yo por fin pude probar el bife de chorizo, que cosa más rica, madre mía.
La verdad es que la gente que
no haya visto aún la zona de Tigre, aquí en Buenos Aires, os recomiendo que
cuando podáis venir a verla, lo hagáis, porque merece mucho la pena, está muy
chula la zona.
En el tren de vuelta, también
comprobé la poca educación que tienen alguna gente de aquí, ya que nada
mas abrirse las puertas del tren la gente empujaba, para entrar y poder coger
uno de los pocos sitios que como recordareis os dije había en el tren, sin
preocuparse de a quién pudiera tirar o
hacer daño. Nosotros ya que éramos bastantes nos quedamos en la zona que nosotros
los españoles denominamos “zona de ganado” jeje ya que era una parte del vagón
en donde no había asientos y solo podíamos sujetarnos en unas barras que había
a ambos lados, dejando todo el centro para que entrara más gente.
La noche acabo de la manera más dulce
que se pudo, en el local “La reina de Dulce” un sitio pequeño pero con mucho
encanto, donde probamos diferentes postres que allí tan amablemente nos
sirvieron.
El lunes 9 de Julio de 2012, era lunes y debería haber sido mi primer día de
curro, pero gracias a que fue festivo debido a que celebraban el “Día de la
Declaración de la independencia en Argentina” no tuve que ir a trabajar.
Por lo que ¡¡¡GUAY!!! di rienda suelta a
mi ansia de conocer nuevos sitios, desde hacía ya varias semanas conocí a una
amiga argentina, Gabriela, pero hasta ahora había sido un poco difícil poder
conocernos, asique este fue un día perfecto para conocerla y que me enseñara
alguna nueva zona de Buenos Aires, le llegó el turno al Obelisco de la plaza
del 9 de julio y a Puerto Madero.
un barco de velas que ahora está atracado allí indefinidamente. Luego fuimos a un parque que había detrás de los edificios más altos cercanos al río la zona se llama la costanera, ahí estuvimos disfrutando de un tiempo descansando, charlando, viendo a gente tomar mate y a niños jugar en un parque de tierra. La verdad es que Puerto Madero, es bonito aunque no creo que llegue a ser de mis lugares favoritos.
Dani...
ResponderEliminar3 cosas te voy a decir:
1-. Y con todos mis respetos a la gente de la zona, POR FAVOR, que no se te pegue el acento!
2-. Lo que cuentas sobre el transporte público me suena bastante... Espero que nunca llegues al punto de que te arrastre la marea de gente y vayas en volandas por la presión de los empujones...
3-. Me alegro de que estés contento.
Un besete,
Gloria